UN GRITO DE IMPOTENCIA.

Cuando he leido las cifras de niños y niñas que mueren todos los días en paises pobres, se me revuelve el estomago, me entran ganas de gritar de impotencia ¡porque todavía en el siglo veintiuno, siguen ocurriendo estas injusticias!, siempre son los niños los que pagan los problemas de los mayores, las guerras, los conflictos, la pobreza, de alguna u otra manera son quienes salen perjudicados, gracias a Save de Children o a otras O.N.G. que hacen una labor muy digna, podemos tener esperanza para que se puedan cumplir los derechos, de millones de niños y niñas, y que sus voces sean respetada.
Hay que sensibilizar a la población y hacerles ver que es un problema de todos.
Llevo varios años colaborando con Save de Children, y os puedo asegurar que la ayuda llega, ¡de verdad!, que no es tan grande el sacrificio, solo unos pocos euros al mes, pensar que ese dinero se emplean en vacunas, en nutrición, en educación,en prevención del abuso sexual,en reunir a niños con sus familias tras catastrofes o comflictos.
Queda mucho por hacer, si los poderosos son unos incompetentes y unos insensibles y no son capaces de atajar el problema, nosotros podemos aportar nuestro granito de arena y hacer una montaña de sueños y e ilusiones de ocho millones de niños y niñas.
Piensalo, ¿no es bonito ver la sonrisa de un niño? es el mejor regalo que podemos recibir de ellos.