
Cuantas veces me dijistes que no dejara los estudios que aprender enriquece y ahora veo cuanta razón tenías, llevo estudiando un par de años y siento que cada día soy un poco más libre de pensamiento, recuerdo cuando me decías que enseñar era una sensación personal muy plancetera, y que tú esperimentabas cada día con tus alumnas, ahora comprendo que tenías una verdadera vocación.
Tú maestra incansable, dando clases a tus amigas por las tardes a cambio de nada, solo con la satisfacción de ver como aprendian a leer unas mujeres que les negaron ese derecho.
Hoy te doy las gracias por haberme inculcado el amor a las letras y que han salido, tarde pero con muchas ganas y humildad.
Gracias por haberme guiado por el camino que creías más correcto,
Gracias por quererme de manera incondicional,
Gracias por haber sido tan especial,
Gracias por hacerme ver que cada día puedo ser mejor persona.
Gracias madre.
SINTIENDOTE A MI LADO
EN CADA LETRA QUE ESCRIBO,
Y EN MIS PENSAMIENTOS
SIEMPRE ESTARAS PRESENTE.