
Ayer vi un programa que me dio en que pensar, vivimos en una sociedad de materialismo puro y duro, creemos que por tener un coche, una casa mientras más grande mejor, ropa de marca e infinidades de caprichos, somos plenamente felices, sin embargo no es así.
Me doy cuenta que en esta vida hay cosas más importante que todo lo material,que sería capaz de dar todo lo que tengo por tener a mi lado a personas que ya no están y sensaciones que nunca volverán.
Tambien me doy cuenta que todo lo tangible es secundario, en mi balanza pongo a un lado todo lo material que tengo y al otro lado todas mis necesidades como persona, y sin duda la balanza se inclina hacia el lado del corazón, de los sentimientos, de la amistad y del cariño de los demás.
Hay que darle la importancia justa al dinero porque no hay que dejar de recoconer que lo necesitamos para subsistir, pero no todo se soluciona con el víl metal, porque si pensamos eso no nos creceremos como personas.
El reportaje me dejó claro que sigue habiendo gentes de gran corazón, que sacrifican su tiempo por causas que merecen la pena, sin pedir nada a cambio, solo ayudar a quien lo necesita y con eso se sienten satisfechos.
Me agrada pensar que en este mundo sigue habiendo personas que anteponen valores más importantes ante el materialismo y eso me tranquiliza.
